LA LENGUA Y EL HABLA EN BORN – UNA CONVERSACIÓN CON DAVID ARNAU
David Arnau ha sido nuestro asesor lingüístico durante la preparación y el rodaje de BORN.
Claudio: para mi el trabajo sobre la lengua tanto por lo que hace al texto como por lo que hace a la dicción es siempre un trabajo fundamental. Recordemos un poco cuáles han sido los criterios textuales en el caso de BORN?
David: De entrada me plantee acercar la lengua del guión al máximo posible al catalán que se utilizaba a principios del s. XVIII. Esto debía afectar básicamente tres aspectos: la fonética, la gramática i el léxico.
El aspecto más complicado de resolver era el fonético, ya que no tenemos ninguna grabación de esa época. Por otro lado, la dicción de los actores es la que es, e intentar simular un catalán antiguo implicaba un doble riesgo: alejarlos de la interpretación, y reproducir un catalán irreal. Por eso descarté incidir mucho en este aspecto.
Sí que les di, pero algunas indicaciones básicas.
Esencialmente, y como a idea global para que los actores entendieran cual era mi intención, les dije que cogieran como referente el catalán rural actual, ya que hemos de imaginar que la fonética del catalán del XVIII no estaba interferida por la del castellano. Era importante, pues, que tuvieran este referente, pero que en ningún momento llegasen al límite de la caricatura. EN este punto había que hacer un paso atrás. Después, y pasando a la concreción, era muy importante que todos hicieran perfectamente bien los sonidos que caracterizan el catalán genuino, como ahora la vocal neutra, las eles palatales o la doble ele (elle). Creo que todos cumplieron bastante bien este objetivo inicial.
Claudio: Continuemos con la fonética. Una indicación que nos diste, y que fue muy determinante para la atmosfera de la película, fue que la dicción era más lenta. Al rodaje hacía broma a los actores, diciéndoles que en el siglo XVIII no había Internet, ni todas esas cosas que nos hacen ir tan rápido hoy.
David: Sí, recuerdo que esto me salió improvisadamente en una reunión, y que os hizo mucha gracia. Pero es cierto, lo que es evidente es que en esa época no se vivía con las prisas de hoy en día, y recuerdo que los nuestros hablaban de una manera mucho más pausada y menos atropellada de como lo hacemos ahora (pensamos en nuestros adolescentes, que se comen las palabras!). Por tanto, me pareció evidente que este tempo lento en la vida de cada día se debía trasladar a la manera de hablar.
Claudio: La fonética es finalmente una actitud corporal – hablar es mover unos músculos. En este sentido, una dicción más lenta lleva inevitablemente a una actuación más contenida – lejos de la gestualidad desmañada e informal a la que estamos acostumbrados hoy en día. Para mi – y para los actores – fue una experiencia fantástica el reencontrarse una vida cuotidiana -en la calle, en la cocina, en la cama – más pausada, pero no menos vital!
David: Y esto lo captarán los espectadores, sin duda. Creo que será un contraste interesante, ver esta actitud corporal pausada, sin urgencias, al lado de la violencia y el drama de una guerra.
Claudio: Sí, porque la época no era nada tranquila. TOdo el mundo iba armado y las armas se utilizaban fácilmente – no solo en la guerra, sino también en las relaciones sociales y hasta personales.
Hablemos un poco del léxico y de la gramática si te parece.
David: Perfecto. Esta fue la parte más laboriosa de mi trabajo, pero también la más apasionante. Si la fonética podríamos decir que era el esqueleto del tratamiento lingüístico de la película, la gramática serían los músculos, y el léxico, la piel y los vestidos.
Para empezar, me documenté con el material de la época que encontré a mi alcance. Básicamente utilicé algunos textos donde se reproducían juicios de la época (finales del XVII, principios del XVIII), con la transcripción casi literal de las declaraciones; también alguna acta notarial. Y finalmente, recurrí a obras literarias de la época, principalmente obras de teatro popular de Joan Ramis y Francesc Fontanella, y también algunas novelitas cortas, cuentos, etc.
De todo este material hice un vaciado rápido, y extraje las primeras conclusiones por lo que hace a la gramática. Sin entrar en muchos detalles, se podrían resumir en determinados rasgos característicos, como ahora el uso del pronombre neutro “lo”, los posesivos llenos (“me perdo”, “te dius”), posesivos arcaicos (“mon pare”, “tos fills”), l’ús del pasado simple (“ell vingué”, “em pegà”), etc.
En una primera versión del guión, intenté trasladar TODOS estos rasgos al guión, para intentar mimetizar al máximo el habla de la época a partir de lo que nos decían los documentos. Pero en seguida vimos que esto recargaba mucho los diálogos y podía ser un inconveniente para los actores.
Lo que hicimos entonces fue prescindir de ciertos rasgos que resultarían hasta duros para el espectador (como el pasado simple), y utilizar el resto en función de la extracción social de los personajes, de manera que esto serviría para caracterizarlos mejor y mostrar una cierta diferencia de clases también desde el punto de vista lingüístico.
Claudio: Sí, siempre nos ha preocupado encontrar el equilibrio entre el respeto por el habla de la época y el no poner dificultades a los actores y a los espectadores. Para mi era una cuestión fundamental que Born funcionara de entrada como espectáculo que es – con toda su sensualidad y capacidad para fascinar al espectador – y que a la vez tuviera la capacidad de evocar este mundo pasado, del que como dice Carlo Ginzburg, hay cosas que se han perdido definitivamente.
David: Sí, creo que esto se ha conseguido. La lengua de la película rezuma esta “antigüedad”, es como un elemento más del vestuario que evoca aquel pasado, pero a la ve se mantiene el equilibrio imprescindible para no perjudicar el espectáculo ni alejar el espectador de la película. Esto que decía del “vestuario”, me llevaría al capítulo final sobre el léxico.
Claudio: Venga con el léxico!
David: Bien, aquí el trabajo fue más sencillo, pero probablemente me exigió más a la hora de hacer una selección del material. Al leer los textos y documentos que comentaba antes, me di cuenta enseguida que el catalán de esa época estaba lleno de castellanismos, muchos de los cuales están “proscritos” por la normativa actual, pero no podía dejarlos de lado si no quería incurrir en la contradicción de hacer servir una gramática de la época con un léxico pasado por la criba de la normativa actual. Por eso tiré (tiramos) millas e incorporamos todos los castellanismos más utilizados, teniendo también en cuenta (y aquí más que nunca) las diferencias culturales entre personajes. Recuerdo la alegría de algunos actores de poder hacer servir libremente “antes”, “algo”, “demprés”, “aixíns”, “al menos”…
También recuerdo el reto (apasionante y divertido) de buscar insultos de la época para huir de los típicos “fill de puta” y “malparit”. Tengo la lista aquí delante, si quieres te copio algunos.
Claudio: Venga! algunos insultos sabrosos de la época!
David: Aquí van:
“Traïdor, bord, boc, barba merdosa, merda merdosa, ca, gos, cornut, bàcul de minyons, embriac, pix curt, gos merdós, fill d’heretge, fill de cent mil cans, fill d’un gos, fill de traïdor, fill de puta, fill d’òrria bagassa, fill de verra, ànima de Judes, ase mort, bastaix, bacó, verro, cagalló, cap de cony, cul brut, marrà, ronyós, sarnós…”
Hay para dar y vender!
Esto no quiere decir que los utilizáramos todos, ni mucho menos, pero el muestrario es ciertamente amplio (algún “fill de puta” también cayo, pero)
Claudio: También hace falta decir que hemos intentado reencontrar el lenguaje afectivo. Me parece que a pesar de que el habla era más lenta y puede ser un poco más formal, el lenguaje en sí era más apasionado.
David: [ Veo que en la lista también está, “fill de puta”. Es un clásico de todos los tiempos.]
Sí, sin duda. Aquí pero, el mérito es tuyo.
Claudio: La vida era más peligrosa, menos segura y esto lleva siempre a hacer aflorar las pasiones más fácilmente.
David: Era un lenguaje muy directo, sin muchos subterfugios ni miramientos. Decían lo que tenían que decir sin embudos y sin irse por las ramas. En este sentido, escasean los adjetivos y abundan los verbos: lengua de acción.
También por lo que hace a la afectividad, se tuvo en cuenta la cuestión de los tratamientos entre personajes. Así, en función de la relación de intimidad, de confianza o de parentesco, utilizábamos el “tu”, el “vós” y también, por extraño que pueda resultar, el “vostè”, ya que convivían las tres formas.
Respectivamente, y en síntesis, sería tratamiento de confianza, tratamiento de respeto y tratamiento entre desconocidos o gente de poca relación.
Claudio: Para mi, todo el trabajo lingüístico fue como la antesala del trabajo en el set. Apasionante! Muchas gracias David!!
David: de nada, para mi también fue una gran y gratificadora experiencia, alejada de lo que hago habitualmente, que es trabajar con el catalán coloquial actual. Y trabajar contigo y el resto del equipo fue un placer que espero repetir.