CHARDIN: LOS CRIADOS, LA FRUTA, LA LUZ
Chardin no es romántico como Nan Golding. Observa las personas y las cosas a su alrededor, con afecto y bonhomía, sin el acento de las pasiones. Su serenidad, sin embargo, en otra vía para plasmar la presencia de los seres: desde la distancia media, dejando que se manifiesten como son. Y desde esa postura, detectar el instante en que el gesto de un criado o un plato de fresones encuentra su luz....
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