VICENÇ

Posted on oct 10, 2014

Vicenç Duran interpretado por Josep Julien

En La Ciutat del Born se habla mucho de la familia Duran: no podía ser de otro modo, puesto que fueron un clan con poder económico creciente y por lo tanto dejaron muchos rastros en los archivos de los notarios de la época. Nuestro Vicenç es, de hecho, la “fusión” de los destinos de los hermanos Josep y Vicenç Duran. Es brillante y taimado como debió de ser Josep y amante del lujo y el confort como sabemos que fue Vicenç – por los inventarios de sus bienes.

En las páginas del libro de Albert García Espuche, se lee con claridad la historia de un ascenso económico que, a comienzo del siglo XVIII, empezaba a ser el patrón de las aspiraciones de toda una clase de comerciantes e incipientes emprendedores. Un ascenso que acabará con la adquisición de un título nobiliario en la generación siguiente. Es un patrón que se volverá clásico y que nutrirá mucha literatura del siglo XIX: Balzac, Maupassant o Zola, por ejemplo.

El carácter de la burguesía (por así decirlo) tiene, históricamente, tres elementos básicos: la creatividad emprendedora, la racionalidad despiadada – business is business -, y una consciencia desdichada. Este último rasgo no se refiere tanto a un remordimiento por la poca compasión en los negocios – una vez más: business is business -, sino más bien a la conciencia de la vulnerabilidad de un poder recién adquirido y siempre frágil: un movimiento bursátil puede acabar con la fortuna amasada a lo largo de toda una vida.

En la literatura del siglo XVIII, predominan los dos primeros rasgos: el burgués es el hombre nuevo que está cambiando el mundo y afirmando la nueva ética del trabajo y de la justa ganancia. Apenas alguna novela apunta con claridad a una conciencia de la desdicha, como La princesa de Clèves (que sin embargo está escrita por una aristócrata y está ambientada en la corte) o las Confesiones de Jean Jacques Rousseau . Le debo al estupendo trabajo de interpretación de Josep Julien que en Vicenç Duran habiten las sombras de una moderna consciencia de la fragilidad – en un personaje que por lo demás parece votado al éxito.