DULCE MAL
1999
Dulce mal es una ópera retablo. No existe argumento sino hilo conductor. Una punta de este hilo se encuentra en la iglesia de Santa Clara de Aviñon donde, en 1327, Petrarca ve por primera vez a Laura y la ama inmediatamente. No hay duda de que el amor de Petrarca por Laura fue absolutamente platónico, por tanto insatisfecho, unidireccional y probablemente no declarado por cauces distintos de los poéticos. Según el propio Petrarca este amor lo mantuvo en un estado de constante tormento del que, a pesar de sus esfuerzos, nunca pudo librarse y que sumió a nuestro poeta en la desesperación cuando la peste negra arrebató la vida a su amada veintiún años después.
El hilo del que hablamos es el Amor, el "dulce mal", enmarañándose en el discurso poético amoroso cuyos protagonistas son un 'tu' y un 'yo' encarnados en una pareja que se pasea desde la nostalgia o el desamparo hasta la cristalina serenidad, la pasión amorosa pura, el beso amorosamente solicitado o brutalmente descrito. El fuego conduce finalmente a los amantes a la muerte, muerte que se enseñorea sin palabras.
Música, Libreto y Electroacústica en Directo Eduardo Polonio. Dirección Escénica Ramon Simó. Espacio Escénico Toni Rueda. Mezzosoprano Montserrat Bertral. Barítono Xavier Mestres. Proyecciones Ramon Simó, Antoni Rueda. Vestuario Amadeu Ferré. Director Producción Claudio Zulian. Producción Ejecutiva Montse Herrera. Ayudante Producción Glòria Balañà.
Con el apoyo del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y la Música (INAEM). Presentado en el 15º Festival Internacional de Música Contemporánea de Alicante.